Hoy por hoy, la sociedad mexicana es mucho más conscientes sobre la importancia de las decisiones que se toman a nivel de gobierno, ya que les afecta directamente en su vida diaria sin que se den cuenta de ello. Sin duda, el contexto político y social de incertidumbre que vive México, ha hecho que la campaña electoral para los comicios del 2 de junio, este siendo de todo menos tranquila. La sociedad está muy dividida entre continuidad que representa Claudia Sheinbaum del partido gobernante Morena; o el cambio de modelo político que ofrece Xochitl Gálvez, líder de la coalición PRI, PAN y PRD.
La percepción social, tiene muy asumido que serán una elecciones históricas que marcara un antes y un después en la sociedad mexicana, debido a que la batalla mediática la disputan dos mujeres que destacan en el ámbito político y profesional. Claudia Sheinbaum, científica ambiental, académica y política del partido gobernante Morena (Movimiento de Regeneración Nacional); y Xochitl Gálvez, política y empresaria que lidera la coalición opositora que forman los partidos hegemónicos PRI, PAN y PRD. También, está a mucha distancia la candidatura testimonial de Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano.
Sin embargo, el hecho de que compitan dos mujeres para ocupar el sillón presidencial no ha sido suficiente para que la crispación, la polarización, el populismo y la violencia electoral baje de intensidad. México lleva dos décadas inmerso en una fractura social que divide a la opinión pública, donde los medios de comunicación, las redes sociales y la mensajería instantánea se han especializado en potenciar el conflicto, en negar las evidencias, en proyectar sospecha, mentiras, bulos y generar controversia para llegar y moldear la percepción de una ciudadanía cada vez más fragmentada y cansada, que ha dejado de contrastar la información de manera rigurosa.
Pero más allá del ruido mediático, existe una herramienta de investigación cualitativa y cuantitativa que contribuye a conocer la intención de voto de la sociedad mexicana, respecto a la promesas de los candidatos que compiten en la campaña electoral, que se afanan en captar el interés de los votantes. En este sentido, todas las encuestas vaticinan que la líder política Claudia Sheinbaum, es la favorita en intención de voto para suceder a Andrés Manuel López Obrador. Del mismo modo, diversos analistas políticos ponen el foco en el cansancio y el hartazgo de la ciudadanía generado por la violencia electoral en México, debido a lo extenso que está siendo la campaña que comenzó el 1 de marzo. Sin embargo, los politólogos y sociólogos coinciden que el día 2 de junio, la ciudadanía acudirán a las urnas de forma masiva, para elegir a quien será la nueva líder que tendrá la misión de ostentar el cargo de presidenta de México y la responsabilidad de transformar el país.
Respecto, a la estrategia que sigue la líder conservadora Xochitl Gálvez, se basa en criticar duramente el autoritarismo de AMLO por otorgarle excesivo poder a los militares más allá de la seguridad pública, que ya controlan las aduanas terrestres, marítimas y todos los aeropuertos del país, además, de querer eliminar el Instituto Nacional Electoral (INE) que es el responsable de organizar y certificar la transparencia de las elecciones en México.
También acusa a Claudia Sheinbaum de ser la candidata de la mentira y que junto a AMLO han mirado para otro lado a la hora de atajar el crimen organizado, la seguridad, la migración, así como, diseñar una pésima gestión de la economía y la sanidad. Por su parte, la estrategia política que sigue Sheinbaum es ofrecer abiertamente continuidad siguiendo el camino trazado por López Obrador, además, de mejorar la justicia social, la sanidad, la educación, salarios y pensiones dignas. Más allá de las promesas electorales de las candidatas, lo único que llama la atención mediática durante esta campaña son los reproches que se lanzan a la cara unos y otros,
En cuanto a la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que ha estado seis años gobernando, podemos señalar que durante ese tiempo ha desplegado una gran batería de políticas sociales haciéndose valedor de una gran popularidad, simpatía y aprobación por una inmensa mayoría de ciudadanos mexicanos. Sin embargo, la oposición le critica al presidente que no ha cumplido con sus promesas electorales que estaban encaminadas a solucionar los problemas estructurales que arrastra el país desde hace décadas, respecto a la violencia e inseguridad, la corrupción, la inmigración, la economía, la sanidad, la vivienda, la educación, el empleo de calidad, el cambio climático y la transformación del Estado.
A modo de conclusión, podemos decir que más allá de la polarización política y el ruido mediático México decide su futuro, el próximo 2 de Junio más de 90 millones de mexicanos están llamados a las urnas, donde todo parece indicar que serán unas elecciones históricas. En este sentido, existe una gran expectación porque por primera vez una mujer será la próxima presidenta del país. México, necesita certidumbre y algo más que una buena gestora de los recursos públicos, debido a que la ciudadanía demanda urgentemente una visión integral de país para combatir el crimen organizado, erradicar la violencia contra las mujeres, diseñar una fiscalidad más equitativa, proponer reformas que transformen y fomente una mayor transparencia de los distintos poderes del Estado, y sobre todo, consolidar la relación de entendimiento y colaboración con Estados Unidos, ya que ambos países están obligados a llevarse bien.