La oferta política que se somete a escrutinio este 28 de mayo de 2023, es muy variada, y ha quedado constatado una vez más, que todos los partidos políticos se sienten muy cómodos hablando de temas en clave nacional, que ofreciendo soluciones a los problemas reales que padecen los ciudadanos en su ámbito autonómico y municipal. En este sentido, tanto el PP como el PSOE están expectantes de sus apoyos a derecha e izquierda. De ahí que, los análisis demoscópicos internos y externos, aconsejan a los diversos actores políticos no arriesgarse a cometer errores durante el periodo de campaña electoral, es por ello, que todas las marcas políticas se ofrecen como la mejor opción para los votantes, que una vez más tienen la oportunidad de dar o quitar mayorías absolutas.
Esta gran incógnita se resolverá el día después de las elecciones autonómicas y municipales, ya que el partido político que tenga más capacidad de sumar apoyos gobernara, y esto abre múltiples expectativas en distintas regiones, ciudades y pueblos de la geografía española. El éxito de la estrategia de pactos, radica en buscar puntos de encuentro con otras formaciones políticas que sean percibidas como útiles para la población, ya que la política no debe seguir distanciándose y generando desconfianza en el ciudadano medio.
Con este panorama en el horizonte, lo único que está claro, es que los resultados finales de las elecciones del 28M, tendrán un impacto muy significativo a nivel orgánico y a nivel de expectativas, tanto para el bloque de la derecha como el bloque de la izquierda; porque por un lado, nos permitirá saber cuánto poder territorial ganan los grandes partidos, y por otro, veremos si los electores con su voto han decidido descubrir algo nuevo o validar más de lo mismo.
España, está inmerso en un cambio de ciclo respecto a la comunicación política, prueba de ello, es que en este periodo de campaña electoral hemos sido testigos de cómo diversos lideres políticos han radicalizado y exagerado su discurso, sin que eso le vaya asegurar rédito electoral. La agresividad de los discursos por la polémica de EHBILDU es el mejor ejemplo que la pugna mediática deja en evidencia lo volátil que es la política.
Tanto es así, que la polarización política, amplificada por las redes sociales, la mensajería instantánea y los medios de comunicación, está generando que la sociedad perciba que todo vale para derribar al adversario político. Basta con prestar una mínima atención, al vocabulario utilizado por los políticos, periodistas o tertulianos para observar que buscan influir y crear tensión en la percepción de los electores a la hora de decidir su voto.
En base a lo anterior, cuando un líder político se echa la campaña electoral a su espalda y le coge el gusto a crear bronca y polémica con su oratoria, lo hace pensando en que le ayudara a crecer electoralmente. Por lo general, la bronca política no siempre es la mejor opción, ya que cuando te pasas de frenada, lo único que consigue es dejar gente en su casa que no va a votar, y luego moviliza a fanáticos. Es por ello, que los contextos de crispación y polarización permanente arrastra a los lideres políticos a crear problema donde no hay problemas, olvidando que la política es una actividad orientada a buscar soluciones a problemas complejos que casi siempre son estructurales.
De igual manera, el 28M también nos permitirá medir el grado de importancia que tendrá temas como la sanidad, la vivienda, el desempleo, el agua o la despoblación. Debido a que la preocupación del ciudadano de a pie, siguen sin resolverse de manera eficaz, y la política debe hacer un esfuerzo adicional en llegar a entendimiento para cumplir con las expectativas que demanda la sociedad española.
En este sentido, los comicios autonómicos y municipales juegan en contra de las expectativas de los partidos políticos y las organizaciones sociales, que se presentan a esta batalla electoral, siendo conscientes que una gran parte del electorado les percibe como muy desconectados de la realidad social. Por eso, quizás la gente retrasa su voto cada vez más, y esto es así, porque algunos electores dudan bastante si deben ir a votar o no el mismo día de las elecciones, o bien porque están indecisos de votar a un partido u otro.
En este sentido, la campaña electoral ha transcurrido más en clave nacional que en clave autonómica y local, dejando de lado las preocupaciones territoriales que más importan a la ciudadanía. Queda la sensación que el PP está utilizando la batalla electoral como una primera vuelta de cara a las elecciones generales. Según los sondeos demoscópicos, el más interesado en que esta percepción cale en el electorado español es el propio partido popular, que recoge y se beneficia de los votos tras la desaparición del partidos político ciudadanos, lo cual, les posiciona como una marca más competitiva. Mientras, que el PSOE hace equilibrios para tratar de enfocar la campaña en lo territorial y municipal.
Finalmente, unas de las claves de éxito en campaña electoral es llevar la iniciativa respecto a los temas bandera, y también está la capacidad de respuesta que tenga los demás competidores políticos para marcar perfil institucional, y así no descolgarse de liderar la pugna mediática. Sin duda, estas elecciones autonómicas y municipales del 28M, están sirviendo para evidenciar que existe una férrea competitividad electoral entre ambos bloques.
Llegado a este punto, creo que cuando se compite en un escenario de fragmentación política, el hecho de ganar unas elecciones, cada vez se valora menos, porque lo que realmente importa, es quien tiene la capacidad de diseñar pactos para gobernar con el propósito de solucionar con eficacia y rapidez los problemas que más preocupan a los ciudadanos. De ahí que, es bastante razonable, que en los municipios medianos y pequeños exista un componente psicológico importante, donde el votante da más peso al candidato o candidata de su pueblo por encima de la marca política a la que represente. No obstante, algo similar ocurre en las grandes ciudades donde los votantes suelen tener en cuenta tres factores de peso al momento de decidir su voto: confianza en el líder, ideología y marca política.
En cualquier caso, los temas en clave nacional suelen traer polémica y eso acapara el interés de los medios de comunicación que exageran sus titulares y análisis en función de sus intereses. A pesar de ello, quedan unos días de campaña electoral para seguir pidiendo el voto, y en este contexto los partidos políticos encaran la recta final tratando que sus lideres políticos, así como, su candidatos y candidatas no tengan una salida de tono que genere polémica poniendo en jaque su estrategia de campaña. Mientras tanto, el día después de las elecciones autonómicas y municipales del 28M, veremos si los electores con su voto han decidido descubrir algo nuevo o validar más de lo mismo.